TIPS SOBRE CABALLOS EN LA HISTORIA

"El jinete, si quiere permanecer sobre el caballo, a menudo no le queda más remedio que ir donde éste quiere ir" - Sigmund Freud.

Que la historia sin caballos hubiera sido otra, no le quepa a nadie duda alguna (también sin leones, o perros, o cualquier animal que se les ocurra), y es motivo de este post curiosear por los nombres de algunos caballos que acompañaron a personajes cuyas andaduras, para bien o para mal, la historia se ha encargado de hacernos llegar hasta nuestros días.

BUCÉFALO, el caballo de Alejandro Magno, caballo hispano, cuyo nombre significa "cabeza de toro" (o buey, dependiendo del traductor). Un caballo que se comportaba de forma fiera, que no dejaba que nadie se le acercara, y fue Alejandro Magno quien se dio cuenta de qué era lo que provocaba ese comportamiento en él, por lo que tras corregir el hecho que enturbiaba al caballo, pudo montarlo, siendo digno de admiración por todos los que allí estaban. El problema era que el caballo recelaba de su propia sombra, por lo que Alejandro sólo tuvo que encararlo hacia el sol... Fácil, ¿verdad?

GENITOR, el caballo de Julio César. Su nombre significa "que engendra". El caballo tenía un defecto, llamado atavismo, por el cual en lugar de pezuñas parecía tener pies. Con él cruzó César el Rubicón, y le acompañó a sus grandes gestas. Julio César fue el primero y el único en montarlo, y a su muerte, le hizo construir una estatua. César cabalgó tras su pérdida a su progenie, la cual se llamó también Genitor. El Genitor original le había sido regalado por Lucio Cornelio Sila, todo un personaje, por cierto, del que merece la pena hablar en otro momento.

INCITATUS, un caballo hispano, cuyo nombre significa "impetuoso", al que el emperador Calígula  hizo senador, como burla y mofa a todos los senadores romanos, por los que tuvo este emperador cierta inquina, y de la cual es consecuencia en parte la mala fama con que ha llegado su nombre a nuestros dias.

OTHAR, el caballo de Atila, el último y más poderoso de los caudillos hunos, el cual hizo famosa la frase "por donde pisaba su caballo no volvía a crecer la hierba", así de inmenso era su ejército. Othar significa "paciente", y el caballo era de una raza que ya está extinta hoy en día, la tarpan. 


En el mundo imaginario y literario tenemos algunos nombres como:

- PEGASO, ¿cómo olvidarnos del caballo alado que nace de la sangre derramada por Medusa cuando Perseo le corta la cabeza? Un caballo que llegó a estar entre los dioses, en el Olimpo, y que, a pesar de que así aparece en muchas representaciones´y películas, Perseo no llegó nunca a cabalgar, no así Belerofonte, quien subido a su lomo luchó contra la quimera. Pegaso puede venir de "fuente", o "nacimiento". Conviene saber que Pegaso tuvo un hermano gemelo, que nació al mismo tiempo que él de la sangre de Medusa, un tal Crisaor, que de caballo tenía poco. Pero es que los griegos eran muy raros. 

- ROCINANTE, el caballo de don Quijote, el origen de cuyo nombre no hay nadie mejor que Cervantes para expresarlo: " Y así, después de muchos nombres que formó, borró y quitó, añadió, deshizo y tornó a hacer en su memoria e imaginación, al fin le vino a llamar Rocinante, nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo de lo que había sido cuando fue rocín, antes de lo que ahora era: que era antes y primero de todos los rocines del mundo."











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