STAR TREK IV, de Leonard Nimoy (1986)

STAR TREK IV
MISIÓN: SALVAR LA TIERRA

Título Original: STAR TREK IV: THE VOYAGE HOME

"Sólo la arrogancia humana puede imaginar que el mensaje se dirige a los hombres" (Spock)

Leonard Nimoy vuelve a los mandos de la dirección de la franquicia para rodar la cuarta película de Star Trek, final de la trilogía que comenzó con LA IRA DE KHAN. En esta parte se cierran las tramas sueltas y se completa un ciclo de la tripulación del Enterprise. El año siguiente sería el año del estreno de la nueva serie de Star Trek: La Nueva Generación, por lo que el intento de renovación de la, ya un poco acusada por los años, tripulación quedaría en parte frustrada, cogiendo el relevo la nueva serie. 

La película costó alrededor de 21 millones de dólares, y recaudó casi 110 millones en Estados Unidos, siendo, de la franquicia, la que más recaudó en el mercado local. A nivel mundial recaudó 133 millones de dólares, contra los 139 que recaudó la primera película, pero debido al presupuesto inicial de la misma (35 millones), ésta es la más rentable de todas las películas de la serie, hasta el momento de su emisión. 

El viaje al hogar, título original de esta entrega, habla claramente del cierre de ciclo. La tripulación, que ahora es algo parecido a un grupo de forajidos debido a los eventos de la anterior película, decide regresar al hogar, la Tierra, por la puerta grande, ya que deben salvarla de la destrucción ante una amenaza de origen e intenciones desconocidas. Atención a la fecha estelar incluida en el cartel: 1986. No, no se trata de un error...

¿DE QUE VA?

Sin nave insignia, auto-exiliados en Vulcano, considerados como forajidos por la Federación de Planetas y pendientes de juicio por varios cargos, la célebre tripulación tendrá que hacer frente a un nuevo peligro que amenaza la Tierra, equipados con su actual nave (el Pájaro de Presa Klingon) y ayudados por una especie ya extinta.

EN CONCRETO

Una sonda desconocida se acerca a la tierra, emitiendo una serie de mensajes indescifrables que alteran el campo electromagnético de la Tierra, provocando tremendos cataclismos en el planeta. Spock consigue descifrar los sonidos, como los emitidos por los cantos de las ballenas, en concreto, parecen ser las ballenas grises (ballenas jorobadas en la versión original) las destinatarias del mismo. Desgraciadamente estas están extintas en el siglo XXIII, por lo que el almirante Kirk, Spock, el doctor McCoy y el resto de la tripulación emprenden un viaje al pasado para traer un par de ballenas grises a su tiempo. 

En esta entrega queda claro que no podemos hablar de la tripulación del Enterprise, ya que se trata de la ex-tripulación del mismo, ahora al mando de un Pájaro de Presa Klingon. Aunque no se trata de reliquias, sí que es cierto que los años no perdonan y la falta de elenco nuevo hace que deje un regusto extraño. El equipo queda como se ve en la foto, con la incorpación de una bióloga, una tripulación madurita, destacando Sulu (George Takei) que aún no tenía los 50, y el doctor McCoy (Deforest Kelley) y Scotty (James Doohan) que sobrepasaban los 60 de largo. 

COMENTARIOS:

En la parte positiva:

- Volver a ver al equipo, ya madurito, siempre alegra la vista, a pesar de su entrada en años.

- Es una comedia desenfadada donde vemos al grupo en el San Francisco de 1986 dividido en equipos, para conseguir el objetivo final, que no es ni más ni menos que salvar la Tierra de la destrucción. Ahí es nada. 

- Actuaciones templadas, no hay sobre-actuación, excepto alguna que está buscada, y que en tono de broma es recriminada en la propia película.

- La película está empapada de un ambiente ecologista con la consigna SAVE THE WHALES predominando en la película, consigna común durante finales de los 70, y sobretodo en los ochenta, cuando la Comisión Ballenera Internacional prohibió en 1982 su caza comercial. 

George y Gracie son las ballenas protagonistas de esta película. Ellas son la última esperanza de la humanidad del futuro. En un principio se iban a llamar Adan y Eva, pero se decidió cambiarles el nombre por el del dúo de cómicos George Burns y Gracie Allen, de mediados del siglo XX. Aunque en la versión doblada hacen referencia a ballenas grises, en la versión original se trata de ballenas jorobadas, que aunque similares, presentan diferencias. 

En la parte negativa:

- No se hace referencia a la vulcaniana Saavik, incorporada en la saga en las anteriores entregas. 

- El enemigo a batir recuerda mucho al de la primera película.

- No aparecen los klingons, que se habían hecho un hueco en la anterior entrega, como los auténticos enemigos de la Federación. 

- A pesar de la incorporación de la bióloga Gillian Taylor (Catherine Hicks), se echa en falta más elenco protagonista. 

- Realmente, toda historia de viaje en el tiempo tiene problemas de coherencia, y esta película no deja de tenerlos. Cualquier acción en el pasado podría alterar la línea del tiempo, por insignificante que parezca, pero esto no es algo que preocupe en esta película. Se altera sin discriminación la línea temporal, y el resultado es como si no hubiera habido interferencia alguna...

- El almirante Kirk, cincuentón, resulta poco creíble como ligón en su trato con la bióloga Gillian Taylor, que rondaba los 35 años en el momento de emisión de la película.

Una escena memorable es el momento en que converge la tecnología del siglo XXIII con la del siglo XX, en forma de Ave de Presa Klingon y barco ballenero. 

COMENTARIOS FINALES:

Como conclusión de una etapa cumple sobradamente su papel. Aparte de cerrar la trilogía sobre el Proyecto Génesis, actuando como una especie de apéndice, cierra un ciclo en la historia de la serie. Aunque dos películas más tendrían al equipo como protagonistas, la cierto es que en 1987 se estrenaría la nueva serie, con nuevos protagonistas, llamada La Nueva Generación (The Next Generation), y la tripulación clásica comenzaría a desaparecer, progresivamente relegada por los nuevos miembros. 

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