FRESA Y CHOCOLATE, de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío (1994)
FRESA Y CHOCOLATE
PELÍCULA ELEGIDA POR CLUB DE LECTURA DE CANALS PARA
COMMEMORAR EL DIA INTERNACIONAL DEL ORGULLO LGTB.
Basada en un cuento de Senel Paz, “El lobo, el bosque y el
hombre nuevo”, escrito en 1990, la película, del año 1994, está ambientada en
la Cuba de principios de los años setenta.
Esta fue la primera producción cubana que ha sido nominada a
los Oscar de Hollywood, en la categoría de mejor película extranjera. En España
ganó el Goya a la mejor película extranjera, y también ganó el Condor de Plata argentino
en la misma categoría, entre otros.
El motivo del título
queda claro en una conversación entre Miguel y David:
Miguel: ¿Y tú cómo sabías que era maricón?
David: Uno se da cuenta enseguida. Mira, había
chocolate y pidió fresa.
El título, con acierto, junta los dos sabores, no dando a elegir entre uno u otro, buscando hacer compatible lo que los clichés hacen excluyente.
¿De qué va? Cuenta una historia de amistad honesta y sincera entre un
artista homosexual que no encuentra su sitio en el régimen revolucionario
cubano y un chico heterosexual que está metido de lleno en el movimiento
revolucionario. David y Diego, Diego y David, dos personas que aprenderán a ser
amigos, juntos, venciendo los tabús y clichés, yendo más allá de lo
superficial, descubriendo que todos somos humanos, y merecemos respeto, cariño
y amistad, por partes iguales.
En concreto... En Coppelia, la Catedral del Helado, se conocen Diego (Jorge
Perugorria) y
David (Vladimir Cruz). El primero, homosexual, convence al
segundo a ir a su piso debido a que posee unas fotos que cree que le pueden
interesar. David es heterosexual, reservado y no le gusta llamar la atención, y
accede a ir a recoger esas fotos, además, está muy interesado en la literatura,
en obras prohibidas por el régimen cubano, como “Conversaciones en la catedral”
de Mario Vargas Llosa, entre otras. Diego, que posee ejemplares de esas obras, despierta inicialmente la curiosidad
de David, y por eso accede a ir a su casa, pero teniendo clara una cosa, él no
es maricón, y se lo advierte a Diego, el cual piensa que eso no le quita
oportunidad de poderse acostar con él, llegado el caso.
David y Diego demostrarán que la amistad es el ingrediente secreto para unir lo que es excluyente a primera vista.
¿Por qué recomiendo verla?
Es una historia de amistad, bien llevada, creíble, con
diálogos brillantes y correctamente dirigida.
Es admirable que con poco presupuesto se haga una película
tan valiente, donde los cubanos enfrentan sus propios prejuicios, y se demuestra
la variedad de pensamiento y personas que se encontraban en el país.
Como no podía ser de otra manera, la televisión cubana la
mantuvo censurada durante veinte años, y es interesante acercarse a un proyecto
así, para comprender la realidad de un país tan próximo a nosotros como Cuba.
Por desgracia, los temas que trata siguen estando vigentes en
la sociedad actual, pero no solo la cubana, hablamos a nivel mundial
(discriminación, homofobia, censura), y aunque se han hecho grandes progresos,
distan mucho de estar solucionados hoy en día. Pero en Cuba, a día de hoy,
todas las identidades sexuales son aceptadas, y las minorías tienen organismos
oficiales dedicados a promover sus derechos.
¿Por qué no recomiendo verla?
Hay muchas escenas que son innecesarias. La trama de la
película se confunde ligeramente debido a estas escenas, que en lugar de
enriquecerla, la hacen confusa en algunos momentos.
Nos habla de un problema local cubano, tratado desde el
punto de vista de allá, y que se basa mucho en la ideología política del país,
y eso puede no interesar a mucha gente. Cuesta extrapolar el problema a otros
niveles. Después de ver la película, te queda la sensación de haber visto una
película cubana, que cuenta una historia de allí.
Si bien la interpretación que hace del personaje de Diego el
actor Jorge Perugorría es mayúscula, desbordando arte en cada aparición suya, el
resto deja mucho que desear, quitando de una correcta actuación de Mirtha
Ibarra, en su papel de Nancy, personaje que no existe en el cuento en el que se
basa la película, y que sirve para poco más que demostrarnos que realmente
David es heterosexual.
Tomar un helado es la excusa perfecta para un plan taimado que acabará convirtiéndose en una bella amistad.
Útimos apuntes
Según palabras de los miembros del equipo, nadie se esperaba el éxito que iba a tener la película cuando la hicieron.
Según palabras de los miembros del equipo, nadie se esperaba el éxito que iba a tener la película cuando la hicieron.
Nombran en algunos momentos de la película a John Doone, la
butaca en la cual se sentaba dice tener Diego en su casa. John Doone es
considerado el mejor poeta en lengua inglesa del siglo XVII, conocido
popularmente por sus sermones religiosos.
La película puede interpretarse como una alegoría de la
lucha de David y Goliath, en este caso, David y Diego. El segundo, mucho más
preparado y con más vida a sus espaldas, se enfrenta cual gigante a un inocente
David, que solo tiene una herramienta, una sencilla arma, su honestidad, y con
esta, vence al gigante, que cae rendido ante él.
Hay que recordar que las intenciones de Diego no son del
todo honestas al principio, y que su idea era distinta a una simple amistad con
David.
Diego es el representante de una decadente sociedad, ya obsoleta y fuera de lugar en la isla, como
delatan sus palabras:
¿No te parece maravilloso? Allá fuera la
gente empujándose en la Guagua, los negros
gritando, y tú y yo aquí, escuchando a María Callas, y
tomando té de la India en tazas de
porcelana de Sèvres, que pertenecieron a la familia de
los Hernández Castillo.
En la película se ofrecen varias reflexiones que dan que
pensar, por ejemplo, la necesidad de estudiar algo útil para un régimen, más
allá de lo que a uno le interese en realidad. Este tema, de por sí, podría ser
objeto de un interesante debate.
Otra reflexión interesante es el hecho de que el comunismo,
con más de cien años de historia, sigue siendo comparado a Stalin, y su forma
de hacer las cosas.
Concluyendo
Si bien sería más correcto enfocarla a encabezar un debate sobre el sistema
político cubano en los años 70, y el papel de los homosexuales en el mismo, que
a un debate abierto sobre el tema de la homosexualidad hoy en día, la película deja un agradable gusto de boca al verla, y hace que revoloteen en nuestra
mente algunas ideas y reflexiones, entre las que se encuentra, quizás, la de
elegir entre ser espectadores o actores en la realidad que nos rodea.
Alguien dijo que el comunismo sería el sistema perfecto si fuera dirigido por un robot. Pues eso...
Thank you for reading!
A ti por leerme. :)
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