CRITTERS 2, de Mick Garris (1988)

CRITTERS 2, de Mick Garris (1988)


CRITTERS 2, estrenada en 1988, dos años después de CRITTERS destaca por no ser destacable respecto a la primera, es decir, añade bien poco a la mitología de estos bichos espaciales y quiere presentar una amenaza que nunca es percibida como tal. Más que una secuela, un alargamiento innecesario de la historia. En este caso, en lugar de los ocho de la primera parte, centenares de Critters invaden el pacífico pueblo. Primera película dirigida por Mick Garris, el cual había dirigido algunos episodios de series para TV, y que dirigiría muchas adaptaciones de novelas de Stephen King. 




"Prepárate ya... Han vuelto!", advierte la parte superior del cartel, el cual ya nos pone en evidencia que poco hay que resaltar como novedoso, simplemente se trata de más Critters. El cartel obviamente hace alusión a que han vuelto al cine, no a que han vuelto a la Tierra, puesto que... bueno, no haré spoilers. 

¿De qué va? Cuando reciben un mensaje en el que se les dice que la misión encomendada en la primera parte no fue resuelta convenientemente, los caza-recompensas Ug, Lee y Charlie regresan a la Tierra para acabar de una vez por todas con la amenaza Critter.

En concreto…      Brad Brown (de nuevo interpretado por el actor Scott Grimes) regresa al pueblo donde ocurrió la primera aventura para visitar a su vegetariana (vegana?) abuela. Una vez allí no es bien recibido, pues el pueblo ha tratado de olvidar todo lo ocurrido con los bichos peludos, y la presencia de Brad aviva la llama de los recuerdos. En principio nada destacable, hasta que unos del pueblo descubren unos huevos extraños, que deciden vender como huevos de Pascua (al ser esta la época en la que transcurre la película). Esto hará que tras dos años de gestación, los huevos empiecen a abrirse, sacando a la luz a sus "simpáticos" inquilinos. 



Dos caza-recompensas para ocho Critters, tres para cientos... no me salen los cálculos...

¿Por qué recomiendo verla?  Recuerda lo que ocasionaron ocho de estos bichos, pues imagina ahora el potencial de cientos. 

Es una oportunidad de ver la evolución en dos años de algunos personajes, y ver como el pueblo ha intentado olvidar lo ocurrido en la anterior película, como para salvaguardar su memoria.

Los Critters pasan de ser una criaturas terroríficas a protagonizar una cinta de comedia-acción, donde la oscuridad de la primera da lugar a la plena luz del dia en esta segunda, que pierde ese toque oscuro en pro de un toque más, digamos, banal. 

Los caza-recompensas adoptan un mayor papel protagonista, y realizan algún que otro cambio espectacular...

Esta película es hija de los ochenta, y ya sabemos que en aquella época los efectos por ordenador dejaban mucho que desear, así que todo es manufacturado, real, tocable, y da de si lo que da de si, lo cual siempre es una oportunidad de explorar qué se hacía cuando el ordenador no daba de sí lo que da hoy en día. 

La película ha envejecido muy bien, y aunque limitada en efectos y en historia, se deja ver hoy en día sin ser tildada de rancia.


Los caza-recompensas ya no tienen la cabeza de color verde radiactivo, ni el actor que hace de sheriff es el mismo que el de la primera película (en la primera el papel lo interpreta M. Emmet Walsh, mientras que en esta es Barry Corvin quien hace el papel del sheriff Harv)


¿Por qué no recomiendo verla?   Como secuela, no funciona tan bien como la primera. En este caso el terror deja paso a la comedia, aunque no con el tino de la primera. 

Aunque la premisa de que cientos de Critters ("Kraits") asolen una pequeña población en Kansas da mucho juego, imaginando un caos desorbitante, la cosa queda en nada, ya que, en lugar de desperdigarse, optan por agruparse... Quienes la hayan visto sabrán a lo que me refiero. Si bien, en Gremlins ocurre parecido, ¿qué mejor manera de destruir a todos los Gremlins que si se agrupan todos en el cine y haces volar el cine?, aquí la forma de agruparlos es un poco más... literal, con la salvedad de que no hay un "jefe", como ocurre en Gremlins. 

Si la primera parte recordaba a Gremlins en algunas cosas, en esta ocasión se le hace un claro homenaje, viviéndose momentos parecidos a los que ocurren en la película de Joe Dante, sin que lleguen a ocasionar el mismo impacto, y sin que resulten tan graciosos. 

Si en la primera parte se escuchaba una canción compuesta directamente para la película, el ambiente aquí lo proporciona la música country... 



¿Qué mejor lugar para estos implacables carnívoros que una hamburguesería? Como ellos mismos dicen, CARNE SIN HUESO!!! Aquello es la panacea de todo Critters, y el lugar donde más líquido rojo (que no sangre) se desparrama de toda la saga de películas. 


Algunas preguntas sin respuesta son:

- ¿Por qué los caza-recompensas hablan de forma extraña cuando en la primera película la forma de hablar era natural y fluida?

- ¿Cuántos huevos pone cada Critter? ¿Son todo hembras? ¿Hay machos y hembras? Eso no nos ha quedado claro...

- ¿Por qué a los caza-recompensas les llaman Cazacritters, y a la raza en esta película la llaman "Krait"? ¿No deberían llamarles Cazakraits? No se... 

- ¿Por qué los "Kraits" no crecen conforme se alimentan? En la primera película si que pasaba esto... 

- Por la ley de proporcionalidad, si dos caza-recompensas salen a ocho Critters, a tres deberian corresponder 12, mas o menos, digamos veinte... pero... son cientos!!! Las cuentas no salen...

- ¿Por qué han intentado mantener al personaje del sheriff Harv de la anterior película cuando no es el mismo actor? No hubiera costado nada cambiar el sheriff, y hubiera sido algo más creíble, ya que el sheriff en la anterior película creo que ni llega a ver a los Critters, y en esta parece ser un avezado cazador de los mismos, a la altura de los caza-recompensas, un tipo duro y muy seguro de sí, lejos del papel de anciano que no entiende lo que está pasando de la primera película. 


Últimos apuntes:        

La forma que elige el caza-recompensas Lee en esta ocasión para "metamorfosearse" es la de una chica Playboy, Roxanne Kernohan, una modelo canadiense que contaba con 28 años. La modelo-actriz falleció en un accidente de coche en 1993, cuando tenía 33 años. 

La película costó 4,5 millones de dólares, y recaudó menos de 4 millones, lo que la convirtió en un fracaso, y destinó a sus posteriores secuelas a la producción televisiva. 





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